El mundo deberá sufrir una gran sacudida. Se dará una situación tal que los impíos serán expulsados de sus lugares y los oprimidos se alzarán. Thomas Müntzer, 1524 (1)

León Ferrari es uno de los principales referentes del arte argentino. Sus obras han trascendido distintos tabúes universales para restituir la memoria y poner en crisis los discursos hegemónicos que velan por la violencia y la desigualdad de derechos.

A través de una selección de piezas del patrimonio del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional del Litoral, esta exposición propone una relectura de sus imágenes revisando, a cinco años de su muerte, la potencia contemporánea y transgresora de su narratividad.

En este contexto, la muestra arroja una pregunta posible: ¿qué desean hoy en día las imágenes? ¿Cuál es el flujo de su trascendencia? ¿Es posible su reactivación política?

Las series presentadas son Nosotros no sabíamos (1976), Nunca más (1995) y L´Osservatore Romano (2001). Esta última, de la cual se incluyeron 16 imágenes, preconiza una de las problemáticas que el artista abordó en el marco de su posición crítica con respecto al poder de la Iglesia en vinculación con el avance del neoliberalismo. Nos referimos a la quema de brujas, que se nos revela como la histórica sombra de una lucha leída como elemento esencial de la acumulación originaria y de la “transición” al capitalismo”.(2) Una querella que hoy en día se resignifica desde el interior del feminismo y en la eclosión discursiva de un pensamiento que radicaliza la disidencia. 

En este plano es que desplegadas en una sala, portadas en los carteles de una manifestación o reproducidas al infinito en colecciones públicas, estas imágenes le devuelven al mundo el potencial político que hace siglos tuvo la magia (evasora del buscado disciplinamiento de los cuerpos) invocando transformación, lucha y alteridad. 

Las obras exhibidas han sido puestas en diálogo con piezas documentales de archivo. Por un lado, una carta que Julio Cortázar le escribió a Ferrari con referencia a una de sus obras más emblemáticas. Se trata del collage literario Palabras ajenas, realizado entre 1965 y 1967; año, este último, en el que se publicó en la editorial argentina Falbo bajo el título de Palabras ajenas: conversaciones de Dios con algunos hombres y de algunos hombres con algunos hombres y con Dios. Se suma también, el prólogo que el artista escribió para dicha publicación.

Asimismo, y por el carácter programático y performativo de su trabajo, incluimos dos de sus libros: La bondadosa crueldad (2000) y Prosa política (2005). Textos que, interpretados interrumpidamente, ponen en foco el perfil del artista como escritor, como poeta y pensador permanente y, fundamentalmente, como un generador de fantasmas que auspician ideológicamente como emblemas de un conjuro latente.

Nancy Rojas